Comenzaron nuestros viajes de primavera, como todos los años, y hemos abierto la temporada con Asturias, tierra a la que nos ligan lazos afectivos. Nos alojamos en el mismo albergue del año pasado en Bustiello, un lugar encantador en el que nos tratan a cuerpo de rey y donde nos dan de comer fenomenal. ¡¡Desde aquí les mandamos un abrazo de parte de todos!!
Su situación estratégica nos permite acercarnos a nuestra casa de Posada y visitar a los orionistas y a nuestros chicos de allí, además de conocer muchos lugares emblemáticos de Asturias. Todos lo pasamos en grande viéndonos con nuestros amigos asturianos.
El tiempo atmosférico es complicado, suele llover en estas fechas, pero la temperatura estemplada y la lluvia no nos ha detenido, hemos disfrutado de excursiones: visitas a la playa salvaje de Rodiles, al faro de Avilés, pueblos costeros preciosos como Tazones, aperitivos al aire libre por ejemplo en el pueblo de Santa Cruz, etc.
La vida en el albergue como siempre nos la tomamos con calma, relajamos horarios, vemos pelis, dormimos siestas, en fin, descansamos, que es lo adecuado en vacaciones.
Hemos hecho además dos visitas culturales: al Museo Minero, que por sus características no pudimos visitarlo con todo el grupo pues a algunos chicos la oscuridad les perturbaba, y el Acuario, que nos fascinó a todos. Como veis en las fotos a continuación, nuestras caras lo dicen todo.
De paseo entre horas por los verdes alrededores del albergue, a la vereda del río. Días de estar al aire libre y disfrutar de la tranquilidad de disponer del tiempo a nuestro antojo y según nuestras apetencias cada día.
Posamos en una de las maravillosas playas del Cantábrico, en un día con niebla baja, que le da un aspecto mágico… y recibiendo el yodo del mar, que como dicen los lugareños te fortalece para no resfriarte en todo el invierno.
Senderismo al puro estilo orionista, nada se nos resiste, ni los puentes colgantes y para muestra la siguiente foto!
Disfrutar, disfrutar y disfrutar, además de admirar el paisaje, aspirar aire puro, hacer ejercicio, incorporarnos a la vida social de nuestro entorno en la medida de nuestras posibilidades, y de las costumbres típicas de vacaciones en el norte: aperitivo, merienda de chocolate con churros, paseos por los pueblos…
Nada dura para siempre y llega el momento de empacar y regresar.
Nos gusta viajar, llenar la furgoneta y coger camino a lugares lejanos, pero también nuestra casa, el Hogar y reencontrarnos con nuestros amigos. Aunque volveremos, Asturias, siempre…