Recordar la esencia de nuestro proyecto: “quiénes somos” y “de dónde venimos”. Para que lo que hacemos no desvirtúe su sentido, sino que tome fuerza al actualizarse.
Promover la reflexión en grupo para concienciarnos de que compartimos un carisma, el de Don Orione, que sigue vivo gracias a los sacerdotes Orionistas, testigos y continuadores de su obra. Un carisma que coincide y enriquece los valores éticos de la humanidad.
Poner en valor los aspectos diferenciales de nuestra organización, que se contienen a veces en pequeños gestos: la ternura, la calma, el cariño, y se reflejan con fuerza hacia el exterior: nuestra profunda vocación de servicio y de compromiso con el ser humano.
De esto han tratado las sesiones de formación que se han ofrecido por turnos a los trabajadores del Hogar, desde el jueves hasta el sábado.
Agradecemos a los ponentes su esfuerzo por realizar una comunicación que suscita la reflexión.