Estos días pasados hemos realizado un taller de afectividad con los usuarios del Hogar Sol y los del Hogar Amarillo.
Trabajar con los sentimientos es siempre complejo, pero en el Hogar encontramos el camino con imaginación, pues es importante también aprender a distinguir, reconocer y controlar nuestros afectos e impulsos.
Tomamos conciencia, cada uno en su nivel, de que somos personas distintas, nos gustan y nos desagradan cosas diferentes a cada uno de nosotros. Mostramos imágenes de personas con diferentes expresiones faciales y corporales. Después ponemos palabras a los sentimientos. Es importante nombrar para poder distinguir, para ser dueños y reconocer nuestro cuerpo y nuestros impulsos.
Nos damos cuenta de cómo cambia nuestra postura dependiendo de si el sentimiento es de miedo o frustración o de si estamos alegres y seguros. Para conseguirlo hacemos expresión corporal: nos arrugamos cuando pensamos en algo que nos provoca dolor o rechazo y levantamos los brazos y nos hacemos grandes cuando nos sentimos alegres.
Hablamos de los besos. De las distintas manifestaciones de afecto, de la amistad, del amor… de lo que nos gusta que nos quieran.
Otra herramienta de trabajo muy valiosa y útil es la expresión artística. Pintamos entre todos un gran mural. Pintamos entre todos la alegría.
Pintamos los besos.
¡Nuestro cuadro, actividad final del taller, ha quedado muy alegre!