El domingo pasado recibimos en el Hogar a doce empresarios, socios y amigos de Madrid Foro Empresarial por iniciativa de su presidente.
D. Hilario Alfaro es amigo desde hace años y nos sentimos privilegiados de contar con su apoyo y de compartir su amistad.
Ha hecho suyo el proyecto que es el Hogar, esta aportación a la construcción de un mundo más justo. Su compromiso y convicción personales le llevan, entre otras iniciativas, a organizar visitas para dar a conocer a nuestros chicos y su realidad cotidiana.
Sabe, como nosotros, que nadie habla mejor del Hogar que él mismo, es decir, las personas que son el Hogar. Por mucho que expliquemos las características de las 114 personas que viven en él, sus necesidades, su dependencia y sobre todo, el valor con el que enriquecen la sociedad, no hay nada comparable a sentir en la piel sus miradas, su sonrisa, su contacto, su calidez. Detallar estas sensaciones seguro hace la descripción incompleta. Porque hay algo difícil de definir en el Hogar. Algo que es complicado poner en palabras y que sin embargo se percibe cuando lo vives en persona. Toda la intensidad de la Humanidad, de nuestra esencia como personas, te envuelve cuando recorres sus pasillos y atraviesas sus puertas. Un mundo aparte. Un mundo de verdad. Un mundo de trascendencia que conmueve mente y espíritu.
A ellos les advertimos, pues nos reunimos en la Biblioteca antes de hacer la visita, que del Hogar se sale transformado. Y después de caminar durante una hora por el Ocre, el Azul Marino, el Naranja, el Verde…, creemos que se han llevado su calidez con ellos. Pero no saben y nosotros sí, que también dejaron su huella.
El Hogar tampoco es el mismo desde su visita. Desde entonces hay más ilusión y más deseos. Hay en definitiva, más luz.
Podíamos contaros la información que compartimos con los empresarios, las preguntas que les surgieron, la parte «técnica» del encuentro. Pero estamos seguros de que estarán de acuerdo en que lo mejor vino después, cuando conocieron a los chicos y a sus cuidadores.
Para cerrar la visita, nos volvimos a juntar en una sala, intercambiamos ideas y datos de contacto con un aperitivo.
Estas reuniones nos evocan de forma inevitable al Café de Don Orione: propiciar momentos para conocer a las personas de tú a tú, poder compartir experiencias, preocupaciones, y ponernos enseguida a pensar en posibilidades para colaborar y construir entre todos el proyecto que es el Hogar y el mundo que queremos, uno de justicia y de bondad.
Gracias de corazón por acercaros a conocernos, por dedicarnos vuestro domingo. Deseamos que sea el primero de muchos encuentros venideros.
Gracias a Madrid Foro Empresarial, a Silencio Comunicación.
Gracias.