CERCEDILLA: MANANTIAL DE VIDA

Un año más llegaron las Colonias de Cercedilla. Aparentemente son la actividad veraniega del Hogar. Como sabéis, allí se juntan por turnos de diez días un grupo de voluntarios y uno de chicos del Hogar, acompañados por trabajadores y religiosos, para compartir unos días de convivencia en lo que llamamos Colonias. A casi todos nuestros […]

Un año más llegaron las Colonias de Cercedilla.

Aparentemente son la actividad veraniega del Hogar.

Como sabéis, allí se juntan por turnos de diez días un grupo de voluntarios y uno de chicos del Hogar, acompañados por trabajadores y religiosos, para compartir unos días de convivencia en lo que llamamos Colonias.

A casi todos nuestros chicos les beneficia enormemente la actividad: la montaña, el aire puro, el clima templado, el paisaje tan verde, la convivencia con personas distintas a las habituales, los horarios relajados, cambiar de escenario, salir de sus rutinas. Establecer un cotidiano con otras personas es enriquecedor y los llena de alegría. Eso que año a año os relatamos y compartimos.

Aparentemente es un campamento solidario de verano.

Los grupos de voluntarios proceden de diferentes lugares de nuestro país, de Andalucía, Valencia, Madrid… algunos son homogéneos y en otros se junta gente con características muy diferentes: matrimonios con niños, parejas jóvenes, personas de mediana edad que acuden solas, jóvenes universitarios. La experiencia es tan satisfactoria para todos que es habitual que repitan año a año, que ofrezcan su tiempo de vacaciones y su trabajo, que entreguen su cariño para hacer felices a nuestros chicos.

Todos se apuntan con ganas de pasar unas vacaciones distintas, en convivencia con personas que necesitan su ayuda, aunque intuyendo, seguro, que recibirán más de lo que darán.

Aparentemente son unos días de vacaciones organizadas, en la sierra.

Y eso se aprovecha y se siente como un privilegio, el entorno, las excursiones, la mantita por la noche, las cenas en la piscina, los paseos, excursiones, visitas a localidades de la zona. Los aperitivos en el bar del pueblo, las mañanas descansando y charlando tranquilamente a la sombra de los pinos. La alegría de sentirse más que uno, de ser muchas personas construyendo juntas una convivencia perfecta.

Esto es Cercedilla. Aparentemente.

Pero es mucho, mucho más que todo esto, y eso que no es poco. Algo más grande subyace tras la apariencia y está en los ojos de los que vuelven, pero no se verbaliza. Está en sus gestos cómplices, en sus sonrisas, en su cansancio alegre.

Cercedilla con el Hogar es más que una actividad de ocio vacacional o de voluntariado. Incluso mucho más que la entrega, la convivencia inclusiva, la generosidad de los voluntarios (que por supuesto tienen y merecen nuestra admiración y profundo agradecimiento), más que las risas y las excursiones. Es también más que una actividad necesaria en la vida de los chicos (que lo es y mucho).

Lo que late bajo la ocupación de las personas, la elaboración de sus afectos y de sus relaciones, el esfuerzo de la entrega, es… la vida. Una VIDA con mayúsculas, brutal y sencilla como sus cuatro letras.

La VIDA que mueve a la alegría absoluta y simple del hombre silvestre, que diría el poeta. Una VIDA que brota de las manos, que se derrama estruendosa por los corazones. La VIDA que reúne e ilumina.

La VIDA que es el amor de Cristo, que renueva y vivifica. Que da entidad a cualquier pequeño gesto, que impulsa cualquier acción difícil, que resuelve con luz cualquier conflicto.

Nuestra querida María Antonia disfruta ya de su merecida jubilación y se despidió en este turno.

 

Es el agua del manantial, una corriente infinita como la que sale de la piedra a un estanque natural por encima de la Casa de Asturias. Y que desde allí se precipita, custodiada por otra piedra con forma de Virgen del Pilar, hacia la tierra.

Para recibir esta VIDA solo hace falta extender las manos y disponer el corazón.

Y a través de los chicos recibimos la VIDA que andamos buscando en lugares equivocados hasta que llegamos a Cercedilla. El resto del año será la fuerza de esta VIDA que llevaremos nosotros a los demás. Esta que trasciende nuestra vida doméstica y humana.

Os compartimos los primeros versos del Salmo 42 en la maravillosa música de Palestrina que le van bien al pensamiento sobre Cercedilla.

Sicut cervus desiderat ad fontes aquarum

ita desiderat anima mea ad te deus

Salmo 42

Y así agradecemos a todas y cada una de las personas que acudís a las Colonias vuestra entrega, vuestro esfuerzo, vuestra generosidad, vuestro cariño y alegría.

Y sobre todo, por acudir con las manos extendidas y el corazón dispuesto.

GRACIAS.

 

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