Al olor de un sencillo café recién hecho, nos convocaron esta semana por grupos en el salón de actos. Enseguida nos dimos cuenta de que no era un café cualquiera, como el de todos los días.
Este olía a Don Orione, y a compartir y a charlar.
En esta ocasión nos acompañaron D. Pablo, nuestro párroco, Javier director del Movimiento Laical y Raúl, un sacerdote argentino que pudo visitarnos en su regreso de Italia. Agradecemos su compañía, sus exposiciones y testimonios.
En la apertura del acto, recordamos el sentido del café Don Orione, las razones de que invitara a grupos de personas a tomarlo y que este hecho se convirtiera en tradición. Después se presentaron las siguientes intervenciones.
A la sombra de la gigantesca sonrisa de Orione proyectada en la pantalla, se nos explicó el paralelismo entre la Misericordia, núcleo de este año Jubilar y el ministerio de Orione, la caridad. También conocimos el contenido del precioso mensaje del Papa a los religiosos orionistas (ser curas que corren) mensaje que sirve sin embargo para todos, pues todos somos herederos de Don Orione.
Que nuestros actos vengan siempre de la caridad; que salgamos de nuestro círculo hacia fuera; que evangelicemos con nuestro ejemplo y no solo con nuestra palabra; y que lo hagamos sin desvirtuar el sentido de la caridad. Que no convirtamos nuestras obras en simples acciones solidarias… dejemos la impronta de Orione, conservemos e impulsemos el valor añadido de su obra.
Por último recibimos el testimonio del Movimiento Laical Orionista, cuyo director nos explicó el Capítulo General, para qué sirve, cómo ha sido la experiencia del capítulo de este año y sus conclusiones.
En definitiva, un sencillo café, sí, pero cargado de contenido y de significado que nos impulsa a impregnar con su aroma, el aroma de Orione, todo aquello que hagamos.